"La
Tierra "rota" constantemente y nadie se alarma por ello. Pensad en
cambio si alguien nos dijese que nuestro planeta iba a ser "sustituído".
(Podría, perfectamente, haberlo dicho Galileo Galilei)
Los
equipos modestos hacen cambios, los grandes hacen rotaciones. Una
rotación es como una sustituición a la que se ha puesto un nombre que no
asuste. Las rotaciones fueron inventadas, más específicamente, para
salvaguardar los egos de los cracks. El ego de un crack no soporta, por
regla general, ser sustituido, en cambio lo de "rotar", aun sin
agradarle tampoco demasiado, le resulta más llevadero. -¿Por qué no
juegas hoy, Fulanito? -Por las rotaciones. Y ya está. Diciendo
que, si cuando no juega, ello es debido a las rotaciones, el crack sabe
que nadie va a pedirle mayores explicaciones. Porque así como en la
sustitución el periodista siempre ve sospechosísimo indicio de este
motivo turbio, de ese otro, o del de más allá, y se siente por ello
obligado a inqiuirir en busca de la verdad oculta, la rotación de los
jugadores es considerada por el periodista medio algo tan natural como
la rotación del planeta Tierra, y a lo que, por ello, no hay que
buscarle más vueltas (valga la redundancia, hablando como estamos de
rotar).
La Cultural Balompédica, es un equipo grande, (por lo menos para su afición) luego rotante, o rotatorio, o como se diga para que esté bien dicho. Y no es que el ego
de un botón, por grandísimo crack que este haya llegado a ser, pueda
alcanzar grandes cotas. Lo que ocurre es que el fútbol chico imita al
grande sin mirar por qué: esto es,
toma se su modelo las prácticas y los términos sin entrar a valorar sus
orígenes o el que sean más o menos justificadas. De ahí que se haya
dicho que el fútbol chico es "espejo" del otro.
Aun así en nuestro fútbol sería inimaginable (y cuando decimos inimaginable, advertid que
lo estamos haciendo desde territorio en que gobierna de manera absoluta
la imaginación), sería inimaginable, -digo-, un mal gesto en el jugador
que se queda fuera de la alineación titular.
Las estrellas más
rutilantes: El Príncipe Blanco, Wing Otto, Maravillas Wilkes, Magic White, Iceman Valkoinen, Branco, etc., etc., han
alternado titularidades con suplencias sin mudar jamás ese caracter
afable que caracteriza a los botones, y que ha hecho de ellos lo que
son:
Uno de los
complementos más queridos y más manoseados a lo largo de la Historia,
incluso antes de que el fútbol con botones alcanzase su actual nivel,
de deporte de masas ( deporte de masas y de mesas, para ser más
exactos).
Fútbol con Botones y Rebote a Banda