El jugador camaleón

Más de una vez me ha sucedido, jugar contra un novato y sufrir para vencerle, o incluso terminar siendo derrotado por él.
En esas ocasiones el rival, al final,  me pregunta:

-¿Te has dejado ganar?

-Nunca me dejaría ganar, –le respondo entonces-, me parece que sería una falta de respeto, para contigo, y para con el fútbol.

Y es verdad,  nunca lo haría, nunca me dejaría ganar conscientemente.

Sin embargo lo que sí he observado, estas veces que os digo y otras, es que el poder del subconsciente puede hacer que un jugador se mimetice, en cuanto a nivel de juego, con su oponente.

Esto último no puedo negar que ocurra, y condiciona el resultado:
Es lo que podría denominarse “El jugador camaleón”.

Por efecto mimético similar al que experimentan esos pequeños saurópsidos escamosos, cuando un jugador de fútbol con botones se enfrenta con rivales expertos, juega mejor, ejecutando frecuentes jugadas brillantes, como eso (como un experto) , de igual manera que el mismo jugador cuando juega contra  principiantes, lo hace peor, cometiendo errores frecuentes, propios de eso (de principiante).

Sólo en los entrenamientos, en donde el jugador de fútbol con botones se enfrenta consigo mismo, el efecto camaleón es imposible que se produzca. De ahí que sea en tal momento cuando –liberado del condicionamiento dicho- se pone de manifiesto el verdadero nivel del jugador, su verdadero ser.

Y por eso la mayor parte de las jugadas extraordinarias, ésas que bordean los límites de lo verosímil, y de las que tan orgullosos nos sentimos los jugadores veteranos, se dan en nuestros respectivos entrenamientos.

Cuando no queda en el río ya nadie más que el “pescador” y no habrá, por lo tanto, testigos de su hazaña.

Pero los testigos dejémoslos para quienes busquen presumir o figurar.
No es tal el caso de nuestro deporte, donde lo que prima es la satisfacción interior.
Que, -ya lo decía muy bien aquél- (*):
 -
“La gloria del mundo es transitoria, y no es ella la que nos da la dimensión de nuestra vida, sino la elección que hacemos de seguir nuestra leyenda personal, tener fe en nuestras utopías y luchar por nuestros sueños”.


(*) (al decir aquél, léase Paulo Coelho, famoso escritor, que si bien no nos consta que haya sido jugador de fútbol con botones, tampoco estaríamos en condiciones de descartarlo).

Futbol con Botones y Rebote a Banda