Aun caracterizándose el espectador de fútbol con botones por su deportiva elegancia, hay ocasiones, de especial tensión o desencanto, en las que no logra contener el exabrupto dirigido a alguno de "los suyos", porque éste ha fallado clamorosamente en la ejecución de una jugada, con efectos negativos, o incluso catastróficos, para su equipo.
En tales ocasiones la elegancia antes dicha, ínsita de por sí ad hoc e incombustible en cualquier espectador de nuestro deporte, no desaparece, sino que reviste el improperio dirigido desde el graderío al jugador en cuestión, de singulares características. las cuales hacen que pueda calificarse, puestos a ser exactos en los términos, como "improperio impropio".
Así, es un clásico de la grada botonística, la exclamación que, dirigida al responsable del fallo, dice: "¡Anda y vete a abrochar chaquetas!"
Por medio de ella, seestá invitando al individuo de marras a dedicarse a otro oficio, en vista de que dar patadas al balón, o al menos hacerlo de manera certera, no parece que sea lo suyo.
O también tiene gran aceptación entre "el respetable" aquella otra, en la que se pone en tela de juicio el buen tino del ojeador que eligió al botón de que se trate. Ésta, que se formula de manera interrogativa, dice: "¡¿Te fichó un sastre?!"
Ha de advertirse que en la frase no se incluye ningún juicio de valor contrario al gremio de la costura en general, ni de los sastres en particular, contra los cuales el espectador normalmente nada tiene que objetar. El mensaje que se trata de transmitir es, rectamente entendido, que quienes forman parte del gremio mencionado siguen para elegir y adquirir botones criterios sin duda muy ponderados y justos, pero desde luego también muy diferentes, e inapropiados, si se comparan con los que han de dictar las decisiones de un ojeador futbolístico de botones.
Se ve, en fin, que aunque las puyas a él dirigidas desde las bancadas de su afición puedan resultar dolorosas para el interpelado, el proceso se mantienen siempre dentro de los cauces de una exquisita civilización, y de una cortesía en el insulto, si es que esto es posible.
Quedando, en suma, patente, una vez más, esto que en tantas ocasiones hemos destacado: que cuando hablamos de fútbol con botones, estamos haciéndolo, sin ningún género de dudas, de un deporte de caballeros y damas, si se tercia.
Futbol con Botones y Rebote a Banda
