Dentro del remate de cabeza se distinguen en este deporte dos modalidades:
Una es la de remate de cabeza “casual” o “a pase de otro jugador”, de mecánica sencilla y bien fácil de entender: un primer jugador chuta a puerta, la pelota pega en otro (cualquier espectador experto os dirá que este segundo jugador en ese momento la está rematando de cabeza) y entra en la portería. ¡Gol!-
La otra modalidad es la del remate de cabeza “pundonoroso” o “a propio pase”.
¿Recordáis lo de aquel jugador que era tan rápido que sacaba corner, corría a rematarlo al área él mismo, y era capaz de llegar a tiempo de hacerlo?.
Pues bien , mientras que aplicada al fútbol-fútbol esa anécdota se pone como ejemplo de exageración enorme, de modo que no se espera que nadie pueda llegar a creerse que lo que en ella se dice haya ocurrido de verdad ni pueda llegar a ocurrir nunca, en el fútbol con botones, en cambio, el cuento se torna en testimonio real y cierto: más de una vez ha sucedido que un jugador ha chutado, al hacerlo han salido despedidos tanto la pelota como él mismo en una misma dirección, la pelota ligeramente por delante y el jugador tras ella, hallándose con un obstáculo en su camino (sea defensa, sea portero, sea poste) la pelota ha rebotado, y a la vuelta de ese rebote de inmediato ha sido enganchada por el jugador en carrera, que, (el espectador experto os dirá que: lanzándose en plancha), la ha impulsado al fondo de las mallas.- ¡Gol!-
Quien ha presenciado uno de estos remates no puede evitar, a partir de entonces y ya para siempre, enfocar la vida de otra manera, más optimista en general.
Probablemente, (en nuestra modesta opinión, y sin pretender ahondar demasiado en los misterios de la psique humana), porque los remates de cabeza pundonorosos o a propio pase son una de las demostraciones más claras de que: “El que la sigue, la consigue” .-
Fútbol con Botones y Rebote a Banda
