El juego del Fútbol de Botones es
apasionante. Resultan sorprendentes y atractivas muchas situaciones que a lo
largo de un partido se producen, pero sobre todas ellas, tenemos el momento
cumbre, el clímax total del juego, que sucede, cuando nos encontramos en los
instantes previos a impulsar nuestro jugador en busca de la disputada pelota, después
de avisar nuestro disparo a gol.
En ese momento, la vista hace las
mediciones posibles para que el lanzamiento encuentre la portería contraria y
para ello nuestro cerebro comienza a diseñar mentalmente la ruta del lanzador,
el posible golpeo a la pelota y como no, la trayectoria que la misma debe
llevar para acabar dentro de la portería rival.
En resumen, ni más ni menos que
hemos tenido que calcular la posición de la pelota respecto a la portería y al
lanzador, el punto donde debe ser golpeada, la dirección que debe adquirir, el
punto donde nuestro jugador debe impactar el balón, la fuerza con que debe
hacerlo, el punto exacto donde aplicarle la tiradora, la trayectoria que
llevara nuestro lanzador, y sobre todo el lugar por donde debe traspasar la
pelota la línea de gol. Así que después de esta “SENCILLA” operación, el premio
no tiene límites si vemos al final, como nuestra pelota reposa tras la línea de
gol de nuestro oponente.
Pues bien, queridos amigos, todo
lo descrito anteriormente y que responde a unos conceptos básicos tales como la
intuición, habilidad, destreza y como no suerte, no lo es tal, ya que de forma
más o menos técnica me gustaría explicaros el porqué sucede todo lo descrito
anteriormente y a lo que yo llamo “GEOMETRIA DEL CHUT A GOL EN EL FUTBOL DE
BOTONES”.
En el gráfico que acompaña al
presente estudio, podemos encontrar, en primer lugar la ubicación de la
portería, con el portero situado, y las posiciones de la pelota y del jugador
que lanzará el disparo, y como se puede apreciar la consecución del gol pasa
porque la pelota lleve la dirección dP atravesando la línea de gol por el punto
G, luego en buena lógica uniendo el punto G con el centro de la pelota cP nos
dará en su prolongación el punto exacto donde debe ser impactado el balón para
que adquiera esa dirección y que no es otro que iP.
Diríamos pues que lo más fácil para obtener ese disparo sería que la
posición del jugador fuera la indicada como “POSICION IMAGINARIA”, con lo cuál
aplicándole la tiradora en el punto de intersección T conseguiríamos impactar
la pelota en iP y esta iría en línea recta y sin complicaciones en dirección dP
pasando por el punto G y gol, pero eso no es lo que normalmente sucede porque
la posición de nuestro jugador es la indicada como “ POSICION REAL” y ello nos
lleva a comprender tres cosas, la primera, donde ha de impactar la pelota en iP
con el punto iJ, la segunda donde aplicar la tiradora en el punto T y al final
la dirección dJ que debe llevar el jugador para dar a la pelota en el punto
exacto.
Para resolver esta cuestión, se
traza una paralela a la dirección iP-G que pase por el centro geométrico del botón
jugador cJ, con lo cual se obtiene en su prolongación el punto de impacto iJ.
Ahora ya tenemos el punto donde hay que impactar iP y el punto que impacta iJ,
los unimos con una línea iJ-iP y solo
tendremos que trazar una paralela a la misma pero pasándola por el centro
cJ que en su prolongación nos facilitará
el ansiado punto T donde aplicaremos nuestra tiradora que nos permitirá lanzar al jugador en
dirección dJ, impactando la pelota en iP y adquiriendo a continuación la
dirección dP para traspasar por el punto G la línea de gol.
Para finalizar, decir que la
dirección que sigue la pelota dP, viene a ser el vector resultante de otros dos
vectores, por un lado dJ y por otro el perpendicular al mismo, teniendo ambos
como origen el punto de impacto iP. Como se ve en el gráfico la dirección dP es
la resultante de dicho sistema y es la que nos dará siempre el GOL.
Por último, un breve comentario,
resaltar que toda esta problemática analítica es la que resolvemos en unas
décimas de segundo en cada una de las innumerables tiradas que efectuamos, cada
vez que jugamos un partido de botones, no solo en los lanzamientos a gol, sino
también en todos los movimientos en los que intervenga la pelota, por esto resulta
de gran atractivo para aquellos que tienen la suerte de practicarlo y vivirlo.
Santiago Sanz
F.B. SANTIA